Séptimo día: aprovechando al máximo

Hoy es nuestro último día completo en la Riviera así que tenemos que aprovecharlo al máximo y hacer de todo.

Empezamos la mañana con un buen desayuno seguido por unas horitas de sol y baños en la playa y ya cuando no aguantamos mas nos fuimos a pasar el rato a la piscina y tomarnos una crepe.

Como era un día de mucho calor el conseguir una tumbona por la zona de la piscina era misión imposible así que desde primera hora la gente abandonaba la toalla en una hamaca para tenerla ya para todo el día, así que visto lo visto en cuanto tuvimos la oportunidad hicimos lo mismo.

Por la mañana hicimos un minicursillo de submarinismo en la piscina para probar iba el tema, te enseñan a ponerte las gafas y a respirar con la bombona, una vez que te lo han contado, te pones las aletas y el resto del material y das un par de vueltas a la piscina, esto lo ofrecen para que te pique el gusanillo y contrates alguna excursión de buceo, la verdad es que nos gustó pero no contratamos ninguna porque el mar estaba revuelto y nos tenían que llevar a una zona bastante lejos en la que tan poco tenían seguro que se pudiera realizar así que lo dejamos para la próxima.

Por la tarde nos apuntábamos a todas las actividades que pillábamos, hubo una de cocida en la que te enseñaban a preparar el acompañamiento de los nachos a base de ceviche y una vez acabado repartían platos de nachos para todos los asistentes, luego otra actividad diferente eran los dardos-tequila todo aquel que consiguiera sacar más de 30 puntos bebía tequila… otras actividades eran baile, voleibol, aquagym… los monitores animaban y hacían todas las actividades entretenidas.

Después del duro día que tuvimos decidimos que teníamos que ir a relajarnos al spa, que un rato de sauna y jacuzzi no nos vendrían mal, el spa no es muy grande pero bien te apaña, además a esas horas tuvimos la suerte de tenerlo solo para nosotros.

Después una buena cena de despedida y ver el último espectáculo para despedirnos de la Riviera.

De todos los servicios que nos ofrecía el hotel dejamos sin probar el gimnasio, en ningún momento se nos pasó por la cabeza ponernos a hacer algún tipo de deporte que no fuera el de “levantamiento de vaso”

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