Segundo día: solventando problemas y disfrutando

Nuestro segundo día en la Riviera fue bastante ajetreado y a las 4:30 de la mañana ya estábamos en pie por una serie de problemas que surgieron en el hotel, si quieres saber más pincha aquí

A esas horas estuvimos paseando por el recinto y nos encontramos unos simpáticos animalitos que no habíamos visto ese día (los Koati), unos chicos que todavía estaban de fiesta nos dieron unos cacahuetes para que los alimentáramos, aunque está prohibido todo el mundo lo hace y nos fuimos a la playa.

A las 5 de la mañana todavía no son horas para bañarse así que nos dimos unos paseos por la playa y vimos amanecer.

En el lobby desde temprano ya te ponen alguna cosilla en la recepción para ir desayunado pero esperamos a que abrieran el buffet para ver qué cosas podíamos desayunar y la verdad es que teníamos de todo variedad de pizza, churros (que no nos gustaron, no son como los de aquí), crepe, diversa bollería, tartas, batidos, quesos, zumos (el de sandía riquísimo)… y esperamos a que llegan las 9.

A las 9 en la discoteca teníamos la reunión que te dan el día que llegas, donde te hablan del seguro, te dan un teléfono donde llamar si te pasa algo y te intentan vender excursiones, no os podemos decir si salían bien de precio o no ya que nosotros las teníamos cogidas desde España y no nos quedamos a la reunión ya que teníamos que solventar nuestros problemas con la habitación.

Una vez resuelto por fin podemos disfrutar, el día se puede decir que fui muy duro, consistió en ir de la playa a la piscina, de la piscina a la playa, pasando siempre por el bar para coger un par de cocteles (al final pillamos el truco y vez de coger dos los cogíamos de 3 en 3) y de vez en cuando ir a por una crepe, ir al buffet a por fruta…

Por la noche toco ir a cenar a uno de los restaurantes, eso si antes pasamos por el buffet a picar algo ya que ir a comer en el restaurante puede resultar muy pesado, o vas pronto y tienes que esperar mucho ya que la lista de espera es larga y lo peor es que desde que piden hasta que te lo traen pasa rato y entre plato y plato puede llegar a pasar una hora.

Aunque parece que no hicimos nada por la noche temprano ya estábamos muertos, entre el madrugón, el cambio de horario… no podíamos con nuestra alma así que nos fuimos prontito a dormir ya que al día siguiente a las 5.30 de la mañana salíamos de excursión.

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