Donde no comer en París: Restaurante Le Latin

Que mejor forma de empezar a hablar de París que crear la primera entrada diciendo un sitio donde NO COMER en París.

Os vamos a hablar del restaurante Le Latin que se encuentra en el barrio latino, para ser exacto en la Rue Xavier Privas.

Como hacia bueno nos apetecía cenar tranquilamente en una terraza y al pasar por aquí vimos que en este había mesas libres, al principio muy majo, como siempre en plan captar clientes, en el momento que nos habíamos sentado ya la cosa cambio.

Nos llamó la atención que tenían menús de 10 euros, nos trajeron la carta y los menús de 10 euros no aparecían en ella, había menús de 15 de 10 euros y luego el precio de los platos sueltos, habíamos visto a gente comer alguno de los platos del menú y parecía que estaban bien.

Éramos 4 personas y pedimos menús de diferentes precios y el tamaño de los platos era de risa, sin tener en cuenta que entre plato y plato tardaban 45 minutos en servirte teniéndoles que llamar, el tiempo entre plato y plato no solo nos pasó a nosotros sino a todos los que estábamos por allí, pero por lo que vimos no solo era en este en el restaurante sino los que teníamos en la mesa de al lado estaban igual que nosotros.

Os vamos a contar un poco lo que pedimos, por desgracia no tenemos fotos de todos los platos pero os podemos contar un poco:

Primeros platos:

• Mejillones: que si los pedís del menú os pone 4 de ellos y sin patatas fritas. 

• Quiche: un trozo pequeño y de sabor no era un manjar, las hemos comido mejores en establecimientos de comida para llevar 

• Crepe: el tamaño no estaba mal pero lo mismo las hacen mejor en cualquier puestecillo de crepes que encontréis por París: 

Segundos platos:

• Plato vegetal: preguntamos que tenía y nos dijeron verduras, creo que no nos concretaron más porque no sabían exactamente que verduras iba a llevar ese día, al verlo parecía que llevaba las sobras del resto de los platos que la gente ha ido dejando, unas patas fritas, unos trozos de patata guisada, unas judías… 

• Tagliatelle a la carbonara: no estaban malos. 

• Solomillo: iba decorado con un poco de queso y tenía judías y patatas fritas 
• Pollo: pollo con patatas fritas, era un muslo y contra muslo que al verlo daban ganas de llorar, el tamaño daba risa, vamos en vez de poner que era de pollo podían poner que era de paloma por el tamaño. 

Postres: por fin algo de un tamaño decente.

• Mousse de chocolate: estaba buena se dejaba comer.

• Crepe de Chocolate: sin comentarios, escasa de chocolate, el chocolate era sirope y no estaba bueno… 

En todos sitios que hemos comido en Paris nos han puesto pan, aquí ni nos lo han enseñado y cuando pedimos agua para comer no pusieron muy buena cara.

Nosotros cenamos en la terraza pero pudimos ver el local por dentro, es pequeño. Los baños están en la parte inferior y para acceder a la escalera te acabas chocando con los camareros que entran.

Vamos a hablaros de los baños, es un único baño tanto para hombre como para mujer, la puerta no cierra bien (o no cerraba) o sea que apáñatelas como puedas, teniendo en cuenta que es un espacio muy reducido a mal que bien te acabas apañando. El lavabo no tiene grifos tiene una pequeña palanca de platico para bombear el agua, date maña en dar a la bomba y lavarte las manos que no te da tiempo y el jabón para las manos es inexistente, conclusión baño pequeño y sucio.

Estos restaurantes viven de engañar a los turistas como saben que no van a volver.

Hemos comido en París cantidades mayores y por el mismo precio.

PRECIO: menús desde 10 euros

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